Los alimentos de origen animal no tienen propiedades curativas y si alguno la tiene es mu
y poca en un caso concreto.
Sus células estan muertas al ingerirlos y en ellas, nada más morir el animal, ya se inician procesos de descomposición.
Los alimentos de la carne contienen mayor contaminación química que los vegetales ya que los animales concentran y retienen las sustancias contaminadas que ingieren.
Pueden contener toxinas muy potentes y peligrosas especialmente el marisco y algunos pescados.
Las carnes consumen los recursos naturales de forma muy elevada, para obtener una caloría en forma de alimento animal, hay que invertir otras siete e forma de alimento vegetal para el ganado y las aves de corral.
Apenas contienen antioxidantes. Carecen de acción depurativa, por el contrario la carnes, los mariscos y el pescado recargan el organismo con sustancias de desecho.
Los lácteos, pescados, mariscos y las carnes contienen más sodio y menos potasio que los vegetales y su consumo habitual favorece la hipertensión arterial.
Los productos animales tienen más fósforo que calcio. El pescado, el marisco y la carne son descalcificantes.
El colesterol únicamente se encuentra en los alimentos de origen animal. Excepto la miel y los productos de colmena, todas las secreciones y los tejidos animales contienen colesterol.
Los lácteos, los huevos y la carne se asocian con enfermedades coronarias.
Existen investigaciones que relacionan el consumo abundante de la leche, los huevos y la carne con diversos tipos de cáncer, el yogur y las leches fermentadas tienen en cambio, efecto protector.
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